La Boda
Me despierto todo baboso y mi madre me dice con prisa: "Te hablan por telefono".
"Guey, estoy en el Registro Civil, ya me voy a casar, caile". Me baño y me voy en chinga.
La ceremonia pasa sin pena ni gloria, bla bla bla, "simon", bla bla bla "simon", "felicidades muchachos estan casados por obra y gracia del Ingeniero Eduardo Bours Castelo".
Las siguientes dos horas fueron de viajes entre el palacio municipal y comandancia centro para sacar un carro del corralón. No es precisamente lo que todos queríamos andar haciendo, pero pues era el carro del novio y había que hacer el paro.
Hacía media hora estabamos esperando arriba del carro al "groom". A la verga, yo me bajo.
Entré a la comandancia centro, e cuando veo al primero de algunos oficiales ahí adentro, recuerdo que ando "hasta el culio". Me atasqué tres altoids de canela para tratar de matar cualquier olor y empecé a navegar las pútridas cavidades de ese albergue de sanguijuelas.
La sensación que experimenté, creo que solo ha sido experimentada por el virus del VIH al entrar por primera vez a un organismo nuevo, listo para ser consumido y destruido. Pero esta no es mi ocasión para echar abajo esa institución...aparte yo nomas había entrado a buscar al novio.
Ya nos toparemos en otra ocasión lola...o quien sea que esté en tu puesto.
Cuando iba a salir me di cuenta de que traía los ojos rojos y chiquitos, invadiéndome la paranoia caminé mas a prisa hacia la salida, solo para chocar con un oficial.
"Perdón oficial" le dije al muy idiota al mismo tiempo que comía otra pastilla de canela.
"¿Me regalas una?".
"Claro que si, con todo gusto oficial".
"Guey, estoy en el Registro Civil, ya me voy a casar, caile". Me baño y me voy en chinga.
La ceremonia pasa sin pena ni gloria, bla bla bla, "simon", bla bla bla "simon", "felicidades muchachos estan casados por obra y gracia del Ingeniero Eduardo Bours Castelo".
Las siguientes dos horas fueron de viajes entre el palacio municipal y comandancia centro para sacar un carro del corralón. No es precisamente lo que todos queríamos andar haciendo, pero pues era el carro del novio y había que hacer el paro.
Hacía media hora estabamos esperando arriba del carro al "groom". A la verga, yo me bajo.
Entré a la comandancia centro, e cuando veo al primero de algunos oficiales ahí adentro, recuerdo que ando "hasta el culio". Me atasqué tres altoids de canela para tratar de matar cualquier olor y empecé a navegar las pútridas cavidades de ese albergue de sanguijuelas.
La sensación que experimenté, creo que solo ha sido experimentada por el virus del VIH al entrar por primera vez a un organismo nuevo, listo para ser consumido y destruido. Pero esta no es mi ocasión para echar abajo esa institución...aparte yo nomas había entrado a buscar al novio.
Ya nos toparemos en otra ocasión lola...o quien sea que esté en tu puesto.
Cuando iba a salir me di cuenta de que traía los ojos rojos y chiquitos, invadiéndome la paranoia caminé mas a prisa hacia la salida, solo para chocar con un oficial.
"Perdón oficial" le dije al muy idiota al mismo tiempo que comía otra pastilla de canela.
"¿Me regalas una?".
"Claro que si, con todo gusto oficial".
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