Encuentros con la autoridá

Dejando atras pendejadas de frustraciones nocturnas y regurgitadas matutinas, ayer hubo otro incidente con las autoridades de seguridad municipal.

Ya habían pasado dos horas del sábado y el famosísimo jotaerre acababa de salir del trabajo, así que le habló a Dobliu para que la banda fuera por el.

Se organizó una comitiva que me incluía junto con el Cobiruchis, la asiniestrada Dobliu de copiloto y el Moericio al volante. Bendiciendo nuestra jornada para recoger al jotaerre iba una botella de vino chileno muy corriente y muy ponedor.

Todos teníamos problemas, y traíamos la cara y el aliento para demostrarlo, y frente a nosotros estaba un retén imposible de evitar, porque estabamos muy cerca. Cara de poker y nervios de acero. Cara de poker y nervios de acero. Niega todo. Niega todo.

"¿Andan consumiento bebidas embriagantes?" le preguntaron al conductor.

"No, claro que no oficial" contestó Moericio con aliento alcoholico mientras le pasaba a Dobliu vasos vacíos de cheve.

"Esta bien, adelante joven".

"Oye, si trae aliento alcoholico este" dice un oficial que estaba parado enseguida del que nos acababa de dejar pasar.

No nos frenamos a averiguar. Arrancamos, fuimos por el jotaerre y terminó nuestra aventurosa empresa, pero no mi duda.

¿Nos dejaron ir porque venía Dobliu y no querían parar a una mujer? ¿Les dió hueva? ¿Les dimos lástima? ¿No nos vieron cara de mordida?

Nunca voy a saber.