Ahora si que revolcándome

Se baja Dobliu y me paso al asiento de enfrente. Fue una buena noche, no mucho rocanrol, pero el suficiente como para no andar enterito.

Damos vuelta rumbo a mi casa y Martha Sanchez empieza a cantar Desesperada. Demasiados recuerdos secundarianos invaden mi cabeza, y a estas horas eso no es bueno. Ando suficientemente no-baboso como para darme cuenta de que ando los suficientemente baboso como para cantar la rolita. Y el Cobos tambien esta cantando junto conmigo.

Chale, la patrulla 409, no hay falla, el Cobos sabe lo que hace al manejar ¿no?

Se termina Desesperada, y empieza Locomia. Locomia. Loco-fucking-mia. Ni pedo, igual sirve para enfiestarse y no se ve tan patetico que esté bailando porque el Cobos tambien esta bailando. Puro parribalocos.

Me bajo, abro la reja, entro y me voy culeramente de hocico. Me doy un chingazo bien culero en el codo. Me duele un putero, pero la neta me saco de onda porque no ando tan pendejo como para haberme tropezado. Mis agujetas estan sueltas. Saltan las imágenes de ir tirado en el carro mientras Dobliu desamarra mi pinche agujeta derecha.

Todavía en el suelo, saco las llaves de mi casa, la llave de la puerta de entrada es la mas grande y traté de abrir una caguama con ella, esta doblada. Veo el cielo y no puedo ver la luna.

Limpié mi cara con lodo.