Puñetas en Público

Masturbándose en público desde junio del 2004.

lunes, febrero 07, 2005

Groupie

Hoy regresé del Superbowl. Jacksonville estuvo de la verga, el viaje todavía más culero, la gente bien pendeja, lo único bueno fue que ganaron los Patriots.

Un primo me consiguió chamba de "gropie" de Paul Mcartney. No de los groupies a los que les firman las tetas y dan blowjobs, nomas de los groupies que gritan y se emocionan cuando canta Paul.

Si vieron el performance del ex-beatle, pudieron darse cuenta que al rededor de su escenario, estaba lleno de gente. Esta gente no se compone de aficionados normales (en teoría, los aficionados normales ya andan pedos y hyped-up para el medio tiempo, por lo que ocasionarían problemas para entrar y salir del campo de juego).

Me pagaron unos cuantos billetes verdes y pude ver el partido desde un lugar mas o menos decente. Por lo menos vi la mitad hasta que me arrestaron (igual que a Homero Simpson cuando fue al Supwerbowl).

Diez minutos antes del medio tiempo, nos hablaron a todos los groupies, nos hicieron pasar por detectores de metal (estaba prohibido ver a Paul con armas de fuego, blancas, químicas, biológicas, de destrucción masiva y/o encendedores, lápices, plumas, cinturones, etc.). Yo logré esconder mi encendedor y mis cigarros.

A cada uno de los groupies, nos proporcionaron una lamparita que solo encenderíamos en determinada canción. Nos estaba estríctamente prohibido cantar, solo podíamos corear el "Nah, nah, nah, nah" de Hey Jude.

Paul cantó. Chingón, no quedaba de otra, es un ex-beatle. Pero me dieron nauseas todos los otros groupies que estaban "trabajando" junto conmigo. Nadie cantó una sola rola, pero porque no se las sabían. Cada 2 metros, había broders de siete pies de altura, completamente vestidos de blanco, cuidando que los groupies nos comportaramos bien, no gritáramos mensajes anti-bush ni hicieramos nada obsceno.

Eso no era rocanrol.

Canté "Baby you can drive my car", pero uno de los broders de siete pies no tardó en callarme. La segunda vez, me dijo, era mi última oportunidad, si no, como me dijo: "I'll have to remove you from the premises".

A la mitad de "Hey Jude", justo cuando todos los gringos estúpidos empezaron a corear la canción (la cual estaba a disposición de nosotros los groupies para que la escucháramos y supiéramos cuando cantar, nos dijo nuestro coordinador), me dieron ganas de vomitar. Todos tenían su lamparita convenientemente prendida y moviendose al ritmo de la canción. No mames, ni siquiera encendedores.

El broder encargado de supervisar la no-existencia de terroristas en mi sección estaba a lejos, dándome la espalda. Tiré mi lamparita cagada, prendí mi encendedor y los gringos a mi alrededor empezaron a verme feo. Su expresión cambió a terror cuando prendí un cigarro.

Tuve quince segundos de gloria. Quince segundos fumando. Quince segundos coreando a todo pulmón a Paul. Quince segundos aterrando gringos que probablemente pensaban que era de Al-Qaeda. Quince segundos que tardó el broder en sacarme del público. Quince segundos de rocanrol.

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