Puñetas en Público

Masturbándose en público desde junio del 2004.

miércoles, junio 21, 2006

Es el clima

Hace ya miles de años que la pálida ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno

-Ofelia, Arthur Rimbaud


-Estoy hasta el culo de leer y escuchar como los hombres somos la mayor mierda que le ha pasado a este planeta.

-Si tanto-tanto-tanto te molesto, no me vuelvas a hablar, no me vuelvas a escribir y no me saludes en persona. Ah, sobre todo, NO ME LEAS.

-No eres Desdémona y no eres Cordelia, pero deberías flotar con la blancura que flota Ofelia.

-Ehem, ehem: Hija de tu re putísima madre, ¿quien chingados te crees con tus metaforas arjonescas? Si vas a decir algo, aviéntamelo para darme en la madre. Yo lo sabré manejar. Déjate de conmisceraciones innecesarias. Metete tus pinguinos en la cama por el culo.

-Todas son Helena de Troya en potencia.

-"Es que ustedes siempre se comportan como unos idiotas, son unos niñotes y piensan con el pito" dijo aquella niña. No le discutí nada. Uno pensaría que teniendo esta frase como un axioma, ya no volvería a darse en la madre una y otra vez contra la misma pared.

-"Dude, es que no mames, ya no se que chingados hacer" me dijo mi camarada muy triste. "En serio, la quiero, la adoro, la amo, me muero por ella".
"Ella quiere un dildo con mucha lana que le de raite a todos lados, pero dice que quiere un novio" le contesto ante sus inminentes lágrimas.
"Ella me dijo que me amaba, que estaba enamorada de mi" me dice junto con las primeras lágrimas.
"Dude, ¿cuantas novias has tenido?" le pregunto casi molesto.
"Cuatro" me responde.
"Te apuesto lo que quieras a que esas cuatro te dijeron en algún punto ese mismo bullshit y que de esas mismas cuatro, probablemente una te puso los cuernos, otra te hizo culeradas y que las cuatro te rompieron el corazón" le dije con algo de desesperación.
Él se rió y lloró mas intensamente. No se consolar gente.

-"Odio a las pinches viejas" me gritó. "Nunca las entiendo, nunca me entienden, son unas pinches merecedoras que creen que tienes que hacer todo por ellas, tienes que sacarlas, pasearlas, entretenerlas, cuidarlas...putamadre, y luego te salen con mamadas de que el feminismo y que las mujeres y la igualdad de género".
"Yo dejé de tratar de entender a las mujeres hace mucho...ya entendí que no las entiendo" le mentí.

-La última vez que creí estar entendiendo a una mujer, me vine en su boca.

-Es como decía mi abuelo en los veranos culerísimos de Caborca:
"Esta horrible el calor, ¿verdad don Ramón?" decía sonriente el tipo que trataba de platicar con mi abuelo sobre el clima del desierto de Altar en puto Julio.
"Es el clima" les mentaba la madre mi abuelo sin que se dieran cuenta.

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