Puñetas en Público

Masturbándose en público desde junio del 2004.

martes, julio 12, 2005

Si dudas, revisa sus manos

"Me dijeron que por aquí hay un bar que esta OK" le dije mientras me estacionaba. "Creo que es este".

"Traigo un PUUUUTERO de sed" me dijo mientras intentaba tapar con su mano el sol de las cinco de la tarde de ese domingo.

Entramos al lugar y...si, estaba igual de culero que como se veía de afuera. Despues me enteré que ese no era el bar que me habían dicho. Había tres mesas ocupadas con tipos cuarentones y cincuentones que, de seguro, los trataban on a first name basis en el bar. Había una barra con dos tipos sentados, se veían muy deprimidos...bueno, todo el lugar se veía muy deprimido. Un tubo de neón color verde tras la barra y una que otra planta artificial torpemente posicionada le daban una atmosfera de congal al lugar.

Primero lo primero:

"¿Cuanto cuesta el tarro?" le pregunté al mesero.

"Quince pesos, pero ahorita es hora feliz y esta al dos por uno" me dijo mientras una sonrisa de ya-chingué se dibujaba en mi cara.

"Dos tarros".

"Oye" me dice el mostro. "Creo que soy la primer mujer que entra a este lugar, ¿no?"

"No, creo que por ahí anda una mesera" le contesté.

A unos metros de nosotros estaba una pantalla gigante con ESPN. Había toda una discusión en el bar, porque las dos personas que estaban sentadas frente a la pantalla gigante, querían seguir viendo deportes, mientras que el resto del bar, quería ver la final de LA ACADEMIA. Si, la puta Academia.

"Tu y tu pinche academia valen verga" grita el tipo frente a la TV a un guey del fondo.

"Callate a la verga, te voy a partir la madre, pendejo" le dice el guey del fondo, con unas muletas a su lado.

Los insultos y gritos siguieron durante unos cinco minutos, hasta que, sabiamente, los del bar pusieron la academia a todo volumen en un televisor y dejaron la pantalla gigante con ESPN en mute. Los tipos de los insultos, se abrazaron, dejandome desilusionado, yo hubiera apostado por el de las muletas.

Ya llevábamos unos cuantos tarros. Algunos. Si.

"Señorita, me dijo el dueño que le pidiera identificación" le dice al mostro el mesero.

"Si ya anda peda, oficial" le dije al mesero.

"No tengo ni 17 años" le dijo el mostro.

"¿A poco?" dijo algo nervioso el tipo.

"Y soy hombre" todavía dijo el mostro.

"Si, es hombre, es transexual" machaqué yo.

"No, no, no señorita. Si usted es bella como el pétalo de una flor" dice riendo nerviosamente el mesero.

"Y tengo pito" le dijo.

"¿A ver las manos?" dijo rápido el mesero, sin duda recordando alguna historia que le pasó a un "amigo" pero nunca a uno mismo.

"Mire, tóquelas, ¡tóquelas!" le dije al mesero tomando las manos del mostro entre las mías, y ofreciéndoselas (las manos, pendejos).

El mesero prefirió huir a la parte de atras de la barra.

"Ya vámonos guey".

"¿A donde?".

"A la botana y al parque infantil".

Nos fuimos a la botana, nos tomamos otros dos tarros y luego nos fuimos al parque infantil y nos subimos al trenecito y al remolino chino.

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