Fever Pitch
Tengo un termómetro bajo el brazo y traigo una infección en la garganta bien cabrona, fui al doctor y me dijo que tenían que inyectarme.
Despues de comprados los medicamentos, fui a la Cruz Roja para que me picaran la nalga con una jeringa. En la sala de espera esta un dude. Homeless de regla. Lo agarraron a chingazos hace poquito.
Despues de estar 5 minutos en la sala de espera, cinco minutos sin que el compita homeless me quitara la mirada de encima, me empiezo a inquietar. Me cambio de asiento y el güey no me quita la mirada. Se levanta a la máquina de refrescos, baila un poco y se vuelve a sentar, para seguirme viendo.
Quiero levantarme y tumbarle un diente (o dos). Quiero decirle que me deje de estar viendo. Quiero levantar la silla en la que estoy sentado y pegarle en la cabeza hasta embarrar mis zapatos de sangre y materia gris.
"¿Traes jodido el brazo?" le pregunto, porque traía una corbata a manera de torniquete.
El compita indigente solo me voltea la cara y finge -mal- estar haciendo otra cosa.
"¿Quien te agarró a chingazos?" le pregunté.
Se quedó en silencio por el siguiente minuto.
"Un pinchi vato bien loco, se enojó porque me le quedé viendo" me contestó timidamente despues de un rato.
Pinche raza, no aprende.
Despues de comprados los medicamentos, fui a la Cruz Roja para que me picaran la nalga con una jeringa. En la sala de espera esta un dude. Homeless de regla. Lo agarraron a chingazos hace poquito.
Despues de estar 5 minutos en la sala de espera, cinco minutos sin que el compita homeless me quitara la mirada de encima, me empiezo a inquietar. Me cambio de asiento y el güey no me quita la mirada. Se levanta a la máquina de refrescos, baila un poco y se vuelve a sentar, para seguirme viendo.
Quiero levantarme y tumbarle un diente (o dos). Quiero decirle que me deje de estar viendo. Quiero levantar la silla en la que estoy sentado y pegarle en la cabeza hasta embarrar mis zapatos de sangre y materia gris.
"¿Traes jodido el brazo?" le pregunto, porque traía una corbata a manera de torniquete.
El compita indigente solo me voltea la cara y finge -mal- estar haciendo otra cosa.
"¿Quien te agarró a chingazos?" le pregunté.
Se quedó en silencio por el siguiente minuto.
"Un pinchi vato bien loco, se enojó porque me le quedé viendo" me contestó timidamente despues de un rato.
Pinche raza, no aprende.
3 Comments:
At 8:34 a.m., diciembre 15, 2004,
El Fabo said…
reposo mi buen no hay de otra total ¿tienes algo mejor que hacer?
At 5:55 p.m., diciembre 15, 2004,
Anónimo said…
jajajajaja...a como te pasan chingaderas..jajaja...lo hubieras agarrado a chingazos, quien quite a la segunda putiza se le quita la maña
At 12:01 a.m., diciembre 16, 2004,
melinator said…
Qué maniaco el vatito o.O Yo creo que no le pegaste porque andabas debilucho jaja
Aliviánate, mono! Haste un té con tus hierbas especiales. Yo prefiero atascarme de pastillas y tés antes de aceptar que una aguja atraviese mi epidermis :S Pero ya se, las inyecciones traen de vuelta a la fiesta en menos tiempecito. So, ánimo, que el cuerpo pronto volverá a resistir todo el rock que tu corazón pachanguero exige.
Saludos!
M.
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